Boyero De Berna









Nuestros cachorros se entregan a partir de las 12 semanas de edad para permitir una correcta impronta de la relación con su madre y sus hermanos, el periodo de impronta dura desde el nacimiento a la semana 10-12. Durante éstas semanas nosotros fomentamos también el contacto de nuestros cachorros con diferentes personas para favorecer un estímulo positivo que en un futuro permita el desarrollo de un carácter equilibrado. También tienen contacto con niños desde los primeros días de vida.
Como viven en casa con nosotros se acostumbran a los ruidos normales de una familia y participan de los acontecimientos diarios de manera que al llegar a su nueva casa no tendrán problemas de adaptación.

Al llegar a su nuevo hogar es importante que le dejemos investigar el entorno y que vaya conociendo a los miembros de su nueva familia de manera tranquila. Son muy sensibles e inteligentes por lo que aprenderán rápidamente lo que esperamos de ellos si les enseñamos de manera constante y coherente. Debemos tener claro lo que le vamos a permitir siendo adulto para ya desde cachorro marcarle las normas que queremos que cumpla para asegurar una correcta convivencia. El juego es la base de su desarrollo y es muy importante que tenga juguetes que pueda morder y que dediquemos ratos a jugar con él. Los boyeros de berna son muy cariñosos y necesitan mucho contacto físico con sus dueños, las caricias son muy importantes.

A partir de la semana 8 comienza el periodo llamado de socialización, que dura hasta las semanas 15-16. Éste periodo es fundamental para que se desarrolle como un animal equilibrado, sin miedos ni fobias. Debemos realizar una correcta socialización con personas, perros y otros animales.

Es muy positivo que nuestro cachorro conozca a muchas personas, para lo que debemos sacarle a la calle, realizar paseos con él por zonas donde haya ruidos, tráfico, sitios con multitudes, parques, que venga gente a nuestra casa…


También debe conocer a otros perros y poder jugar con ellos, los paseos permitirán el contacto con otros cachorros o adultos y ésta interacción enseñará a nuestro cachorro a relacionarse correctamente guiado por nosotros.


Debemos comenzar a darle órdenes y procurar que las cumpla, para que vaya descubriendo la jerarquía de nuestro hogar. Poco a poco podemos ir enseñándole órdenes básicas como sentarse, tumbarse…reforzadas siempre de manera positiva mediante premios o caricias y no con castigos que le marcarán negativamente.

La alimentación es la base de un correcto desarrollo físico y debe ser de gran calidad. Hay numerosos piensos en el mercado pero se debe prestar atención a que sean de gama alta y equilibrados en su contenido. Los boyeros tienen un crecimiento muy rápido y una correcta composición de su alimentación permitirá un buen desarrollo de la musculatura y el esqueleto, importante para prevenir problemas de salud más adelante. Se debe repartir la comida en varias tomas diarias (4, 3 y finalmente 2 en los adultos) para evitar una sobrecarga del digestivo y problemas como la torsión de estómago.

Debemos acostumbrar a nuestros cachorros desde el primer día al uso del cepillo, la limpieza de ojos y oídos, a tocarle las patas y el resto del cuerpo, a los baños… para que lo tomen con normalidad y de adultos no tengamos problemas para manipularlos.

Lo más importante es que transmitamos todo nuestro cariño a nuestro cachorro y que disfrutemos con él de su día a día, sus travesuras, su juego y de todas esas pequeñas cosas que le hacen tan especial como compañero y amigo.

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